El Día de la Madre es una ocasión para honrar y celebrar el amor maternal de una manera especial. Para este día tan significativo, te invitamos a crear un banquete excepcional que combine sabores refinados y momentos memorables en familia.
Comienza la celebración con un vino blanco de calidad, cuidadosamente seleccionado para realzar cada plato y brindar una experiencia sensorial única. El frescor y las notas frutales de este vino blanco serán el acompañamiento perfecto para los exquisitos sabores que se servirán a lo largo de la velada.
Para abrir el apetito, nada mejor que deleitar el paladar con un aperitivo de zamburiñas y navajas. Estos mariscos, con su sabor deliciosamente marino y su textura delicada, son una elección elegante y sofisticada que preparan el camino para los platos principales que están por venir.
Continúa la experiencia culinaria con el plato estrella de la noche:un pescado al horno, lubina, dorada o salmón acompañados de un exquisito chutney de albaricoque. Esta exquisita combinación de sabores es un verdadero deleite para los sentidos. La suavidad del albaricoque se fusiona a la perfección con la cremosidad del chutney, creando un bocado irresistible que cautivará a mamá y a todos los comensales.
Elige un postre que le guste a tu mamá. Por ejemplo un buen tiramisú o una tarta de zanahorias y acompáñalo con un buen vino dulce, un Moscatel o un Pedro Ximenez.
Una fiesta de la madre que será recordada por su sabor y elegancia.